Un reportaje del prestigioso diario español El País expone la
realidad de los periodistas independientes que haciendo uso del Internet como
medio, se enfrentan a las dificultades de hacerse de recursos en una paradoja
que cada día es más evidente; aún sin dinero, este modelo informativo es un
éxito periodístico.
El País
En plena crisis económica mundial y del periodismo de papel
impreso, el periódico alemánDie Zeitha registrado los dos mejores años de su historia. Su director,
Giovanni Di Lorenzo, asegura que el truco fue estudiar en detalle las
necesidades de los lectores, ignorar todos los consejos de los asesores de
medios y seguir haciendo artículos largos, documentados, serios e incluso
difíciles. El periodismo impreso del futuro, porque según él hay un futuro, es
un periodismo de "orientación y profundización". Internet, asegura,
es solo una de las causas de la crisis del papel. Hay otras: la falta de
credibilidad y el abandono de la calidad.
Giovanni di Lorenzo, alemán, de padre
italiano, es uno de los hombres más mimados de la prensa alemana. Su nombre
está en juego cada vez que se habla de cambiar de director en los mayores
diarios del país. Con 51 años, y seis al mando deDie Zeit,alcanzó resultados sin
precedentes. Bajo su dirección, la facturación del periódico creció un 70%, los
beneficios se triplicaron y la difusión aumentó un 60% hasta el medio millón de
copias semanales. Los ingresos totales en 2009 fueron de 123 millones de euros-Die Zeitno quiere facilitar datos concretos de
beneficios-.
Y eso queDie Zeit-El Tiempo-no es de lectura fácil. Sus
artículos son largos, muy documentados; complejos, controvertidos; y a menudo
abordan cuestiones éticas o de historia. En temas de debate, busca siempre
ofrecer distintos puntos de vista. Es una publicación liberal, que se dirige
sobre todo a un público intelectual y académico, pero no solo. Di Lorenzo, que
empezó su carrera en la prensa local, escribió un libro y fue presentador de
televisión antes que director de periódicos, asegura que la mayoría de los
nuevos abonados tienen entre 20 y 30 años.
Die Zeitno ha renunciado alonline.Al contrario, tiene una redacción
digital para la que trabajan unas 60 personas. Parte de los contenidos del papel
se publican en la web a lo largo de la semana. "El periodismo digital sabe
hacer de todo menos traer dinero", dice el director. Por esta razón, culpa
a los propios medios de la crisis del papel y condena la "actitud
destructiva" hacia el periodismo impreso. Desconfía, asimismo, de las
"creencias pararreligiosas en Internet", que, dice, se han convertido
en ideología.
Di Lorenzo llega a la cita en la cafetería del Ministerio de
Exteriores en Berlín en un día gris y frío. Pide un té caliente, no se quita el
abrigo y saca varias veces de un bolso lleno de libros y diarios una botella de
agua y caramelos para la garganta. Vive en Hamburgo, pero está en Berlín porque
acaba de encontrarse con Roberto Saviano (escritor italiano amenazado por la
Mafia), a quien dedica el último capítulo de su nuevo libro: "Es un héroe
moderno", dice.
Pregunta.Los medios en papel impreso están
volviéndose locos para encontrar un modelo económico que les permita
sobrevivir.Die Zeitlo tiene. ¿Cómo lo han logrado?
Respuesta.Yo rechazo el término
"sobrevivir". PorqueDie
Zeit,el año pasado, en el
momento más terrible de crisis económica mundial, registró el mejor año de su
historia, tanto en tirada como en ingresos. Este año nos va aún mejor. No digo
esto para jactarme, lo digo porque no es obvio que el papel impreso tenga que
estar en crisis. Rechazo las definiciones autodestructivas. Me molestan. En los
últimos años hemos hecho mucho para dañar la imagen del papel, al que, en el
fondo, debemos todo. ¿Cómo lo hemos conseguido? Desoyendo todo lo que nos
aconsejaron los asesores de medios. Seguimos haciendo textos muy largos, no nos
adaptamos a las modas y continuamos haciendo un periódico bastante difícil.
Creo que esta fue una de las razones de nuestro éxito. En un momento en el que
la gente necesita orientación, se dirige a medios que no han cedido ante
compromisos.
P.En concreto, ¿qué estrategias han
empleado?
R.Hemos introducido el color y la"cover story",la historia de portada, en lugar del
artículo de opinión; hemos estudiado un nuevo diseño, moderno y bonito, y hemos
creado nuevas ofertas: páginas para niños, la revista, páginas dedicadas a
temas religiosos, páginas que pertenecen solo a los lectores... Para ello hemos
estudiado muy bien las necesidades de nuestros lectores. A menudo, nosotros,
los del papel impreso, hacemos diarios solo para nosotros y para nuestro sector
y nos olvidamos del público que paga. También hemos abierto nuevos campos para
competir: hemos fundado ocho nuevas revistas con la marcaDie Zeit,tenemos una oficina de viajes y una
tienda de marca que vende nuestras ediciones. Hemos ampliado actividades, pero
no hemos traicionado nuestra propuesta de calidad. Creemos que la calidad trae
dinero.
P.¿En qué medida la revolución digital
ha cambiadoDie Zeit?
R.Lo ha cambiado relativamente.
Buscamos no hacer lo que hacen los diarios, ni siquiera soñamos con hacer lo
que hacen losonline.Buscamos la profundización, la
orientación, el acercamiento distinto. Nuestra tentación como periodistas es
tratar siempre el tema que está en pleno debate y genera polémica. En plena
polémica acerca del libro de Thilo Sarrazin -crítico con la contribución social
de los inmigrantes musulmanes- y del proyecto de Stuttgart 21 -tren de alta
velocidad rechazado por su impacto ecológico-, abrimos hace dos semanas con una
sobre el misterio de la autoridad,Das
Rätsel Autorität-una
investigación político filosófica sobre la autoridad-, que no tenía nada que
ver con las discusiones actuales y que, sin embargo, era un debate sobre los
valores de nuestras vidas. Fue el número más exitoso de este año. Significa que
han cambiado las necesidades de los lectores. Tenemos que cuidar a nuestro
público, que es fantástico. En 2006 festejamos nuestros 60 años y nuestro
administrador adjunto propuso hacerun
día de las puertas abiertas:muchos
se rieron, la propuesta les pareció absurda. En el fondo, no hay mucho que ver:
solo oficinas, y tampoco muy bonitas. Pero al final lo hicimos. Unos diez
periodistas se quedaron para guiar a la gente. Llegó tanta gente desde toda
Alemania que no pudieron entrar en un solo día. Hay que cuidar el afecto de las
personas al periódico.
P.La página web elabora contenidos
propios, ¿cómo está organizada?
R.La redacciónonlinees grande, está separada y se divide entre
Hamburgo y Berlín. Ahí trabajan en total unas 60 personas. Un tercio de los
redactores del papel además, contribuyen, de manera absolutamente voluntaria, a
la web. Nos estamos comprometiendo mucho con el digital, no negamos en absoluto
su valor, y creemos en ello. Pero quiero hacer una observación: este medio
celebrado en todas partes como el futuro, de momento, sabe hacer de todo menos
ganar dinero. Por eso estamos invirtiendo en el digital, porque nosotros
también creemos en él, pero evitamos, con todas nuestras fuerzas, hablar mal
del papel.
P.¿Hay futuro para el papel también
entre los jóvenes?
R.Creo que hay buenas posibilidades.
Hay que hacer mucho para motivarlos. Nosotros empezamos desde la escuela:
200.000 alumnos recibenDie
Zeitcada año. Además,
tenemos todo un tejido en las universidades donde desde hace años organizamos
losZeitdebatte,los
debates deDie Zeit.Tenemos una revista para la
universidad y desde hace algunos años incluimos páginas para niños. El
resultado es que el número más grande de nuevos abonados tienen entre 20 y 30
años.
P.¿Hay entonces un futuro para el
periodismo de calidad, ése que cuesta dinero?
R.Yo no estoy negando la crisis, es
inútil cerrar los ojos. Digo, sin embargo, que no está escrito en las tablas de
Moisés que todos los periódicos vayan a desaparecer. Habrá excepciones. Tenemos
que cambiar los periódicos, pero no podemos atribuir nuestros problemas solo a
la revolución de Internet. Hubo otros errores.
P.¿Cuáles?
R.La falta de credibilidad. El abandono
de la calidad. Si se empieza a hacer diarios demasiado sensacionalistas o
demasiados parecidos entre sí, se pierde tirada. La crisis de los diarios
estadounidenses empezó con la actitud de la prensa hacia la guerra en Irak. Los
diarios se dejaron instrumentalizar por el aparato propagandístico, por eso los
lectores empezaron a buscar en Internet, porque ahí estaba la promesa de
encontrar otra información. La crisis empezó ahí.
P.Dijo usted que no critica Internet
como instrumento, sino las "creencias pararreligiosas en Internet"...
R.Soy un enemigo de todas las
ideologías políticas, bajo las cuales sufrí mucho. Por eso también soy enemigo
de la ideología de Internet que existe y no se puede negar. Soy contrario a la
idea de Internet como único medio democrático, como única esperanza, como única
salida. Mi experiencia de vida me enseña a no creer en las ideologías porque
siempre degeneran en violencia, fantasías totalitarias y guerras contra la
verdad.
P.Hijo de alemana e italiano, con una
historia de inmigración, y ahora director deDie
Zeit.¿Cómo llegó al
periodismo?
R.La experiencia de inmigración fue muy
fea. Llegué aquí a principios de los setenta y este país era muy distinto de lo
que es ahora. Mi hermano y yo éramos los únicos extranjeros en la escuela. No
conocía bien el idioma, mis padres se acababan de separar, y nos mudamos de
Roma a Hannover, una ciudad, por así decirlo, con un poquito menos de encanto.
Fue duro. Pronto entendí que tenía que hacer algo con mi cabeza, porque el
fútbol se me daba fatal y con las manos no sabía hacer nada. Estudié mucho el
idioma y me dediqué a los estudios. Antes de terminar el colegio hice unas
prácticas en un diario de Hannover. El primer día me hicieron escribir un
artículo acerca de Angelo Branduardi (músico italiano). Terrible. Sin embargo,
volví a la casa con mi viejo Fiat 127, y en ese auto supe qué era lo que quería
hacer.
P.Usted escribió una tesis acerca del
imperio mediático de Silvio Berlusconi antes de que se metiera en política.
¿Qué se puede aprender de Il Cavaliere?
R.Que es espantosamente buen
manipulador. Esto, sin embargo, no quedaba claro entonces, y tampoco era el
tema de mi tesis. Aprendí una frase que entonces me causaba mucha rabia, y, sin
embargo, con el tiempo entendí que tenía razón. Berlusconi decía siempre:
"Vosotros, periodistas, pensáis siempre que la gente lo sabe todo, pero no
sabe nada". Es evidente que él lo decía de manera muy cínica. Sin embargo,
ahora, a menudo, se lo recuerdo a mis colegas, por lo que decía antes: tenemos
que abrir los periódicos a las necesidades de los lectores.
P.Helmut Schmidt, ex canciller alemán,
es presidente honorario deDie
Zeit.Para muchos alemanes es
un modelo. ¿Qué relación tienen ustedes?
R.Es un hombre que acepta las críticas
y desprecia a quien dice siempresí.Su popularidad es síntoma de un
descontento hacia la clase política actual, él mismo lo dice. Representa todo
lo que la gente echa de menos ahora. Tengo la suerte de tenerlo cerca, es uno
de estos personajes de los que se puede decir que hay pocos en un siglo. Por
independencia, lucidez, capacidad de análisis. En alemán se diría que es,
"eine Jahrhündertfigur" -una figura del siglo-.
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