La trama secreta de las irregularidades en el CRIM
Por:
Expediente Quintana Roo
Publicado:
Falsifican actas, inventan sesiones,
y cambian reglamentos para adjudicar la obra de manera directa. Las graves
responsabilidades penales, y el trasfondo político por la lucha interna en el
PAN.
Por: Hugo Martoccia
Las graves irregularidades
detectadas en la construcción del Centro de Rehabilitación e Integración
Municipal (CRIM) denunciadas esta semana por la regidora panista Jéssica
Chávez, esconden un duro enfrentamiento político al interior del partido
blanquiazul, que tiene como trasfondo la figura de la alcaldesa de Isla
Mujeres, Alicia Ricalde Magaña, quien se asumió como protectora de la ex
directora del DIF Pilar Rello.
La ex funcionaria del DIF está
metida en un grave problema, porque la construcción del CRIM incluye presuntas irregularidades
en el manejo de los fondos, pero también la ilegal adjudicación directa de la
construcción de esa obra, que costó más de 9 millones de pesos.
Se
habla, también, de que se inventó una sesión extraordinaria de la Junta
Directiva del DIF, y se reformó el Reglamento Interno del organismo, para
intentar tener quórum legal al entregar la obra.
Eso significa falsificación de
documentos y violación a leyes varias, que conllevan responsabilidad penal para
Pilar Rello.
Pero el caso está dividido en dos,
porque también incluye un claro componente político. Cuando renunció al DIF, a
raíz de que se encontró una celda de castigo para menores, Pilar Rello fue
“rescatada” políticamente por Alicia Ricalde, que se la llevó a Isla Mujeres.
El tema no tuvo grandes
complicaciones hasta que dos hechos no relacionados entre sí hicieron que se
acabara la frágil tranquilidad.
Por un lado, ante las denuncias por
irregularidades en el CRIM, Pilar Rello dijo que esa obra se había adjudicado
con el voto unánime de los miembros de la Junta Directiva del DIF. Pero en esa
Junta está Jéssica Chávez, que nunca participó de la supuesta sesión.
El otro hecho fue el anuncio de que
Alicia Ricalde se hará cargo del DIF Cancún en el gobierno de su hermano Julián.
Ante ese anuncio, la decisión de la alcaldesa de Isla Mujeres de proteger a
Pilar Rello adquiere otra dimensión, porque parece que está armando su tropa
para pelear por la dirigencia del partido y las candidaturas federales de
2012.
Ahora, la decisión final sobre este
caso tiene también dos vertientes. La legal, que deberá corresponder a la
actual administración, y la política, en donde todos tienen algo que decir.
El
costado legal
El caso ya tiene una denuncia ante la
Contraloría de Benito Juárez que explica todo el torcido procedimiento que
llevó a la construcción del CRIM.
Podría resumirse así. La Junta
Directiva del DIF tiene 15 miembros, pero 12 de ellos tomaron protesta como
tales, algunos incluso sin tener el aval del Reglamento.
Supuestamente, el 6 de julio de 2009
se realizó una sesión extraordinaria de la Junta Directiva del DIF, y los
puntos del orden del día incluían la reforma del Reglamento Interno, y la
adjudicación de la obra del CRIM.
La reforma del Reglamento era importante,
porque se debía incorporar a nuevos miembros a la Junta (como el ex tesorero
Carlos Trigos) para alcanzar quórum, y entonces se intentó modificar la
constitución de la Junta Directiva. Luego, esa reforma y la adjudicación de la
obra se aprobaron irregularmente.
El 11 de agosto pasado, Pilar Rello
viajó inexplicablemente a José María Morelos, y ante el Notario Público 32,
Jorge Magaña Sánchez, protocolarizó el acta de aquella fallida sesión.
Dice Pilar Rello al Notario: que
había presentes 12 miembros de la Junta, entre ellos Jéssica Chávez (que no estuvo) y que se aprobó por
“unanimidad” el orden del día, la reforma del Reglamento, y la adjudicación a
la empresa DNJ Instalaciones + Construcciones la obra del CRIM y de dos salones
de usos múltiples por 8.7 millones más IVA.
También se adjudicó la supervisión
de dichas obras a la empresa Laboratorio
de Ingeniería, por 350 mil pesos.
Ahora viene lo más difícil del caso.
Según esa acta, todos esos puntos se aprobaron por unanimidad de votos de los
presentes, que eran 12.
Sin embargo, a la hora de las
firmas, sólo seis tuvieron tiempo de dejar su rúbrica: el ex alcalde Gregorio
Sánchez; el síndico Javier Brito; el tesorero Carlos Trigos; el coordinador de
unidad de vinculación de organismos descentralizados Alberto Cuauhtli; el
representante del Club Leones, Jorge Galaviz, y la entonces presidenta de las
mujeres empresarias, Martha Rodríguez.
Y sólo cuatro de ellos son
integrantes de la Junta Directiva, aunque con la supuesta reforma se sumó a
Carlos Trigos y Alberto Cuauhtli en ese grupo. Aún así, no había quórum, y la
sesión, además de inexistente, era inválida.
El problema al que ahora se enfrenta
Pilar Rello es mayúsculo, porque buscó un Notario Público que está fuera de su
circunscripción, pero además, en la
escritura pública, ella asume la responsabilidad por la veracidad de sus
dichos.
Textualmente, dice la escritura
pública 1256: “La compareciente señora María del Pilar Rello Aguilar manifiesta
que expresamente adquiere para sí la responsabilidad de la autenticidad del
documento que mediante esta escritura se protocolariza”.
La contraloría debe ahora investigar
dos aspectos de este caso. La forma en que se adjudicó la millonaria obra, y la
propia realización del edificio, que tiene algunos problemas.
Según el Estado de Solventación del
Pliego de Observaciones de la Cuenta Pública del DIF, folio
ASE-FO/DFOP/028/V.2, la construcción del CRIM tiene tres problemas
centrales:
* Inconsistencia en el armado de los
expedientes unitarios de obra
*No cuenta con permisos ni
autorizaciones de obra
*Y la obra no fue ejecutada por
Obras Públicas, según lo mandata la ley
El
costado político
En este sentido, el tema es
complejo, porque alude de manera directa a la relación del PAN con el alcalde
electo Julián Ricalde. La panista Jéssica Chávez llevó su denuncia a la Contraloría
porque no hay acuerdo político posible cuando el grupo comandado por Alicia
Ricalde está en un ánimo de confrontación, y además se la involucra en un hecho
de corrupción.
El dirigente panista Sergio Bolio
pretendió que el caso no se saliera de los cauces naturales, y el partido no
quedara expuesto a la exposición mediática. Pero tampoco le gustó el modo en
que se condujeron las cosas, y cómo se pretendió dejar “pegada” en el caso a la
regidora, que es aliada suya.
A la vez, el líder panista considera
que cada vez es más difícil llevar una relación civilizada con Alicia Ricalde, que
no esconde su interés por quedarse con todo dentro del partido.
Del lado del Ayuntamiento, el
contralor Juan Carlos Gálvez ya dio un paso en falso en este tema. Declaró que le
generaba dudas la denuncia, porque pudiera tener un componente político por
parte de la regidora Jéssica Chávez.
El error del funcionario consiste es pretender que su trabajo, netamente legal y
técnico, tenga que tomar en cuenta las motivaciones profundas de los
denunciantes.
El contralor parece haber
descubierto una nueva veta a su tarea: ahora se dedica a realizar análisis
políticos antes de cumplir con su deber.
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