Romualda, la yerbetera Maya que ha logrado curar hasta el cáncer con sus 900 plantas medicinales
Por:
Expediente Quintana Roo
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Su padre le heredó el secreto de las
900 plantas de la zona maya. Con ellas ha curado a miles de adultos y niños de
las enfermedades más variadas, y en algunos casos incluso, de las llamadas
incurables, como el cáncer y la cirrosis hepática, entre otras. En la comunidad
de Petcacab -40 kilómetros al sur de Felipe Carrillo Puerto-, el pueblo la
conoce como Doña Romy, y todos ahí han pasado alguna vez por su casa.
Por: Esmaragdo Camaz
Es para quienes la conocen, la cura
a todos sus males. Y para aquellos que la descubren circunstancialmente, es
como un milagro. Romualda Jiménez Yam, de 86 años, heredó en su adolescencia el
más preciado de los tesoros de su padre, el secreto curativo de 900 plantas que
se reproducen de forma natural en la vasta selva de la zona maya de Felipe
Carrillo Puerto.
Desde los 35 años de edad, cuando Romualda,
instruida por su padre empezó a curar a los enfermos de las comunidades mayas,
en una época en que no existían las cómodas vías de comunicación que hoy
entrelazan a todos esos pueblos, la yerbetera asombró con sus poderes
curativos, basados –dice ella- en tres puntos: el poder curativo de las
plantas, el conocimiento sobre ellas y su fe en Dios.
Llegar a ella no es difícil, si se
tiene al menos alguna idea de la ubicación de Petcacab. Primero hay que situarse
en Felipe Carrillo Puerto, 300 kilómetros desde Cancún. De ahí, por la
carretera federal en dirección al Sur (hacia Chetumal), hay que avanzar hasta
la desviación a Uh May, internarse en ese camino y pasar las siguientes
comunidades: Andrés Quintana Roo, Noh Bec, Polikin y finalmente, Petcacab, el
pueblo de Romualda. Una vez ahí, cualquiera en el pueblo ubica la casa de la
mística mujer.
Nació en Chancaj veracruz, pero
desde que empezó a curar vive en Petcacab, y hasta este lugar llegan muchos
enfermos de diversas partes del municipio, el país y en ocasiones de otras
naciones.
“Hay que checarlo, tallarlo, para
ver qué es lo que tiene, eso también me lo enseñó mi papá a detectar la
cirrosis, toda clase de enfermedad, todo como está inflamado los intestinos y
el ano y el estómago”, dice Romualda, al explicar cómo inicia el tratamiento y
reconocimiento de un enfermo.
¿Qué enfermedades cura?, se le
pregunta.
“Pues lo variable, todo”.
Platíqueme de algunas.
“He compuesto niños que están
atravesados, he curado muchos que ya los operaron de las almorranas, niños con
inflamación de estómago, espinal y el mal de ojo.
¿Qué es el mal de ojo?
“Es un transmisión de mal aire de
una persona a otro niño”.
Romualda se expresa preferente en
Maya, su lengua natural, aunque también puede hacerlo en Español, no sin un
acento evidente. La yerbatera explica que en ocasiones ha logrado curar a
mujeres que sufren de infertilidad.
“A veces hay familias que quieren
tener hijos que no lo han podido curar por el doctor, he salido todo eso”.
¿Y la cirrosis hepática?
“La cirrosis, nosotros tenemos
cuando nacemos, tenemos un ombligo que nos cortan, de ese pedacito va adentro y
uno queda arriba, con el tiempo se pasma porque toma mucho alcohol, porque toma
mucha cerveza, y toma mucho helado, entonces sale y se va en ambos lados,
cuando viene del hígado, cuando pega en el hígado, es cirrosis hepática, yo
creo que usted sabe muy bien que no se cura nunca, pero empezando sí, porque se
talla, se va jalando uno poco a poco, lo vas trayendo al cirro y se acomoda en
su lugar, una vez que entra en la bolsita, ya no sale, entonces se da la
medicina para que tome, para que se desinflame, y ya no hay dolor, eso la mayor
parte de la gente lo sufre”.
Otro de los padecimientos que
presenta mayor dificultad, pero que Romualda afirma que también ha logrado
curar, es el colon. Explica:
“Cuando yo detecto que el ano está
inflamado ese es el colon, el colon y gastritis, porque el gastritis es el
mismo cirro, el cirro viene desde el estómago, se pega, entonces provoca que el
estómago se inflame, entonces provoca desde el estómago que el mismo dolor da
los colitis, entonces da los colitis y entonces viene un dolor hasta acá,
entonces inflamaba la tripa gruesa, y desde allá viene el dolor hasta el ano,
el ano se inflama y queda apretado y no hace del baño”.
Pero lo más sorprendente es que esta
mujer afirma que ha curado el cáncer. Advierte que esto es posible en aquellos
casos que son atendidos a temprana hora, cuando el mal tiene poco tiempo de
haber surgido en el paciente.
“Lo más difíciles es ese del cáncer,
pero también hay medicina para cáncer, pero cuando se detecta que ya está en
principio, el cáncer de estómago, cáncer de la matriz, cáncer pulmonar, cáncer
cerebral”.
¿Ha usted curado cáncer?
“Una vez un muchacho está con un
dolor, todo el dolor y le detectaron cáncer, cuando yo la traté de ayudar, yo
le dije de dos cosas, pero eso es del estómago y viene de México, y pues se
curó”.
Entonces, ¿cree Usted que con poco
tiempo puede haber cura?
“A veces sí, pero una vez que ya
tenga la raíz ya no, ni el mejor medicina, ni el mejor patente, ni el mejor
yerbatero, ni el mejor médico; empezando sí se puede”.
Las medicinas de Romualda son
exclusivamente plantas que recolecta en la zona boscosa de la región.
“Son tés, se bisan en la tierra, los
hongos, ya ve que hay personas que le sale todo esto en las piernas, no los
cura el doctor, a veces son hongos, son granos, ni el mejor médico lo cura, con
las plantas sí”.
Su conocimiento sobre las plantas de
la zona ha sido compartido incluso con estudiantes de botánica.
“Hay que ir al monte a buscarlas, he
ido mucho con unos estudiantes que vienen de Chilpancingo, he ido con ellos,
los ando en el monte, a veces sí tiene miedos”.
¿Hay animales?
“Sí, mayormente la víbora”.
Pero hay otro factor que puede hacer
todavía más asombroso el caso de esta mujer. El hecho de que no cobra por sus
servicios.
¿Cuánto cobra por una cura?
“Lo que ellos me regalan”.
¿Cuánto le han regalado?, el que
menos le ha dado y el que más le ha dado, platíqueme.
“Hay muchos que me han regalado
hasta 100 pesos, 50 pesos, así, no ves que es un don, es una vocación, no se
puede cobrar”.
Romualda vive en una modesta casa de
madera sin ningún tipo de lujos.
“Hay muchos que han dicho, hay uno
que vino de Carrillo, le dijeron que tiene un pollo, la que habla en la radio, que
tiene un pollo en la barriga, que por eso está enfermo, le digo, no mi amor no
tienes nada, lo que tienes es cirro, te voy a tallar y te voy a dar la
medicina. Y lo tallé y después me llamó por teléfono y me dijo que ya no tiene
nada. ¿Cuánto le cobré? Treinta pesos”.
¿Qué opina Usted de las medicinas de
las farmacias?
“Cuando son enfermedad crónico, una
parte necesita yerbas y una parte necesita doctor. Hay personas que tienen enfermedad,
que son crónicos, a veces necesita doctor, hay veces necesita yerbas”.
“Mayormente las enfermedades de los niños
son aires transmitidos, que vienen del sol, vienen de gente tomados, entonces
empiezan a vomitar, empiezan a ensuciar verde, entonces yo busco la medicina,
les doy y ya”.
Romualda afirma que no tiene
secretos y que sólo aplica el conocimiento de las plantas que usa, aunque en
sus respuestas siempre deja ver un halo de misticismo, al referirse a las
imágenes sacras que tiene sobre la pequeña mesa del cuarto en el que atiende a
sus enfermos.
“Al único que le pido aquí está, mi
religión, cuando yo pongo una mano sobre un niño digo: Dios mío, tú eres el
único, no hay más médico que tú, Dios ayúdame señor. Ya es todo”.
El poder curativo y su vasto
conocimiento sobre las plantas curativas de la región le han valido a esta
mujer incluso la admiración de los estudiosos de la botánica de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), institución que le entregó un
reconocimiento.
Romualda, la yerbatera maya de
Petcacab cierra con una frase que le dispara la carcajada involuntaria.
“Y ese es todo mi trabajo, si yo
cobrara lo que cobran los de por allá, ya tuviera hasta autobuses. Ya fuera yo
archimillonaria”.
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