Hay ocasiones en que una historia puede
decir mucho en tan sólo unos párrafos, más cuando se trata de alguien quien
salva la vida.
Por: Esmaragdo Camaz
Así es la historia de Massimo, el niño de
Playa del Carmen que salvó la vida después de una dramática estancia en
hospitales de la Península de Yucatán, donde junto a sus médicos, sus padres y a
la comunidad, luchó contra la Agammaglobulinemia,
una rara enfermedad de inmunodeficiencias, caracterizada por la carencia de
anticuerpos.
Expediente
Quintana Roo dio cobertura a esta historia en dos momentos claves de la misma,
cuando los padres del menor habían dejado un hospital en Mérida para internar
al menor en un nosocomio de Cancún.
Y la segunda,
cuando pese a la ayuda de familiares y amigos, el bebé, entubado en el
hospital, requería de más tiempo de estadía en el nosocomio, lo que a sus
padres les significaba obtener más recursos económicos.
Hoy, después de meses de lucha contra la extraña enfermedad, Massimo está
fuera de peligro.
Decir más no es necesario, salvo destacar la ayuda de quienes se
acercaron al babé para prestarle ayuda en su valerosa lucha.
Sus padres, amigos y la comunidad, están todavía recolectando recursos
económicos para terminar de pagar las cuentas de los servicios médicos y hoy
más que nunca, vale la pena colaborar con el bebé luchador que cumplió haciendo
su parte en una cama del hospital.
Hay ocasiones en que una historia puede decir mucho en tan sólo unos párrafos, más cuando se trata de alguien quien salva la vida.
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