El fraude profesional instalado en el Cancún Center: “Mundo Exclusivo”

Lo engañaron. Un hombre está en la banqueta del Cancún Center en la Zona Hotelera de Cancún bajo la lluvia con un ticket en la mano. Le dijeron que por el buen uso de su tarjeta le darían un premio, pero sólo era un fraude.

Por: Esmaragdo Camaz

Un hombre, ilusionado por que le dijeron que había ganado un regalo gracias al buen uso de su tarjeta de crédito, se apresura a llegar al Cancún Center, en la Zona Hotelera de Cancún, para recibir el “atractivo” objeto.

En el camino va tratando de decidir qué premio escoger.

La oferta consiste en tres opciones: un dispositivo para computadora, pero no se hace demasiadas ilusiones y piensa que debe ser algo así como un USB; una cámara fotográfica de 24 exposiciones, o sea, una camarita desechable de dos pesos, se dice para sí; y un viaje, aunque de esta posibilidad no le han dado detalles.

Sin embargo, unos minutos después al salir del lugar de la cita, el hombre tiene en sus manos un ticket que debe canjear por una habitación de hotel en cualquiera de estas playas del país: Puerto Vallarta, Acapulco, Huatulco o Cancún.

Pero para canjearlo, necesita comprar los boletos de avión para poder ir a alguno de esos destinos. Adicionalmente, tendrá que pagar todos los demás servicios de transportación como taxi del aeropuerto y aquellos que use dentro de la ciudad que va a visitar.

La habitación del hotel, que es para tres días y dos noches, no incluye alimentos, bebidas ni tampoco servicio de ningún tipo.

El hombre está parado en la banqueta del Centro de Convenciones de Cancún con el ticket en la mano. La tarde –lluviosa-, lo hace sentir todavía peor, después del engaño del que acaba de ser objeto.

Se siente engañado.

Este es el sistema fraudulento que usa “Mundo Exclusivo” para engañar a los incautos que de buena fe, creen sus promesas.

A cambio del “regalito”, esta gente obtiene la información personal del incauto, misma que les sirve para crear una base de datos que a su vez, venden y usan con fines mercadológicos.

Porque el hombre que está en la banqueta bajo la lluvia tuvo que pasar, antes de recibir “el regalito”, por una mesa en la que un empleado de Mundo Exclusivo lo interrogó y obtuvo de él todos sus datos personales, como nombre, dirección, teléfono, correo electrónico, costumbres de consumo, preferencias comerciales, etc, etc.

En relación a las tres ofertas de “regalo”, el hombre no tuvo mucha opción para escoger, pues el dispositivo para computadora, que por cierto nunca conoció, cayó en la cuenta que seguro no podía ser algo más allá de un USB, mientras que en el caso de la foto, le quedó claro que tratándose de una cámara fotográfica desechable no podía ser otra cosa más que una bagatela.

Con esas conclusiones, no tenía más opción más que escoger el viaje. Pero además y de todas formas, nunca le dieron la oportunidad de decidir, ni tampoco le rifaron las tres opciones, pues cuando por fin le dijeron que le darían el “regalito”, le informaron que había ganado un viaje.

Otro de los negocios de “Mundo Exclusivo” es la venta de boletos de avión, de hotel y servicios turísticos en general, una agencia de viajes pues, usando como muchas otras, métodos fraudulentos.

Bajo la pertinaz lluvia, el hombre concluye que no hay nada qué hacer. La denuncia ante la PROFECO y/u otra autoridad está demás pues si esta gente opera en lugares como el Centro de Convenciones de Cancún y con la complicidad de los Bancos, pues está claro que pueden timar con este sistema y aún más, pensó.

El hombre fue engañado días atrás a partir de una llamada telefónica en la que fue informado que, gracias a su buen desempeño con la tarjeta de crédito, sería premiado.

Los datos personales que él le entregó con anterioridad al banco fueron usados por esta empresa de servicios turísticos para lucrar y no se necesita ser muy brillante para imaginar cómo llegó esa información a las manos de “Mundo Exclusivo”.

Estas empresas –así lo entiende este hombre-, funcionan con la complicidad de las autoridades y de otras empresas, como los propios bancos.