Expedientes X 30 agosto 2017.- Apenas estaba empezando su quinquenio y Roberto Borge ya estaba en el extranjero. Fue la ocasión que se fue a Londres a la final de la Champions para a ver jugar a Messi contra el Manchester United. Iba con Félix y familia. Ese fue el principio de los muchos viajes que el ex gobernador hizo a otros países. De hecho, terminó en uno de ellos, al menos por ahora. Ya casi un año desde que Carlos Joaquín asumió la gubernatura y la diferencia entre uno y otro en ese sentido es muy clara. El gobernador prefiere mantenerse en Quintana Roo desarrollando su agenda...
A Roberto Borge le sobraban los pretextos para irse a pasear ultramar. Viajó tanto por el Mundo que gastó la fascinante suma de mil millones de pesos en renta de aviones. Al ex mandatario le quedó chica la flota de la aerolínea estatal VIP Saesa y ascendió al siguiente nivel: hacerse de una flotilla en renta que le garantizara movilidad inmediata para él, para su familia, para sus amigos y para sus aliados.
Carlos Joaquín en cambio, se ajusta a las aeronaves disponibles en el inventario oficial. Sus viajes, en la mayoría de los casos a la ciudad de México, son para atender compromisos propios de su agenda. Pero sin aspavientos. Sin grandes comitivas. Sin excesos.
Un tema ejemplifica bien la diferencia entre Carlos Joaquín y Roberto Borge en eso de viajar al extranjero: la alerta de viaje emitida por los Estados Unidos. Este episodio muestra claramente cómo Borge encontraba siempre un pretexto sin sustento para irse allende las fronteras.
Cuando a Roberto Borge le tocó el warning, al ex mandatario le surgió el pretexto ideal para irse de shopping a Texas. Según él, voló a los Estados Unidos para pedirle personalmente al gobernador de aquel estado norteamericano levantar la alerta contra los destinos de Quintana Roo. Cosa inexacta, pues las alertas de viaje son emitidas exclusivamente por el Departamento de Estado de USA y no por ningún estado de la Unión.
Ahora que a Carlos Joaquín le tocó la actualización del warning de los Estados Unidos, que incluye a Cancún, Playa del Carmen, Cozumel y Riviera Maya, el gobernador no salió corriendo a Estados Unidos a ver qué "arreglaba". En cambio, tomó el asunto con la seriedad del caso y se puso a trabajar en el reforzamiento de la seguridad pública, el combate a la delincuencia y en las estrategias para reforzar la promoción de los destinos turísticos, tarea que ha emprendido junto con su gabinete.
Carlos Joaquín sabe que a punta de avionazos y viajes sin sentido al extranjero no va a solucionar los problemas que aquejan a los quintanarroenses. Como en este y otros temas, el gobernador se queda en el estado a enfrentar las dificultades y a buscarles una solución.
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