Cancún: Estudiantes en la cuerda floja por el paro magisterial
La Federación de Estudiantes ha instado a las autoridades estatales y al magisterio a priorizar el diálogo para alcanzar un acuerdo antes del 28 de abril
Cancún.- En Cancún, la cuenta regresiva para el regreso a clases tras las vacaciones de abril se vive con una mezcla de esperanza y ansiedad. A tan solo seis días de que finalice el periodo vacacional, miles de estudiantes del municipio de Benito Juárez enfrentan un futuro académico incierto debido a un paro magisterial que, desde febrero, ha dejado aulas vacías y planes de estudio en el limbo. La Federación de Estudiantes en Benito Juárez, liderada por Marcelo Cach, ha alzado la voz, exigiendo que los maestros retomen sus labores el 28 de abril para evitar un daño aún mayor al ya frágil sistema educativo local.
El paro, iniciado por el magisterio en demanda de mejores condiciones laborales y salariales, ha paralizado las escuelas públicas de la región, sumando un nuevo capítulo a la crisis educativa que arrastra México desde hace años. Según datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), el rezago educativo en Quintana Roo ya era preocupante antes del paro, con un 35% de estudiantes de secundaria presentando deficiencias en matemáticas y comprensión lectora. La interrupción de clases presenciales desde febrero no ha hecho más que agravar esta situación, profundizando las brechas de aprendizaje que la pandemia de COVID-19 dejó en 2020 y 2021. “No es solo un paro; es un golpe directo al futuro de los niños y jóvenes”, sentencia Cach, cuya preocupación resuena entre padres de familia y alumnos.
El impacto de esta crisis trasciende lo académico. La suspensión prolongada de clases ha afectado la rutina de miles de familias en Cancún, un destino turístico donde la economía depende en gran medida de la estabilidad social. Madres y padres, muchos de ellos trabajadores del sector hotelero, se han visto obligados a buscar alternativas como clases particulares o cuidados improvisados, opciones que no siempre son accesibles. “No todos podemos pagar un tutor, y el aprendizaje en casa no es lo mismo”, comenta Ana López, madre de dos estudiantes de primaria en la colonia Región 94.
Marcelo Cach, con un tono que combina indignación y pragmatismo, advierte que los días perdidos no se recuperarán fácilmente. “Ni las clases a distancia ni los planes de recuperación intensiva pueden sustituir la interacción en el aula”, afirma. Según un informe de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de 2023, los programas de educación virtual implementados durante la pandemia tuvieron un impacto limitado en zonas como Quintana Roo, donde la conectividad a internet sigue siendo un desafío para el 40% de los hogares. Este contexto pone en duda la viabilidad de cualquier solución que no pase por un regreso inmediato a las aulas.
La Federación de Estudiantes ha instado a las autoridades estatales y al magisterio a priorizar el diálogo para alcanzar un acuerdo antes del 28 de abril. Sin embargo, las negociaciones entre el gobierno de Quintana Roo y los líderes sindicales han avanzado con lentitud, atrapadas en un tira y afloja que incluye demandas de incrementos salariales, mejores prestaciones y la regularización de plazas docentes. Mientras tanto, el tiempo apremia. La UNESCO estima que cada mes de interrupción educativa puede traducirse en un retroceso de hasta tres meses en el aprendizaje, un costo que los estudiantes de Cancún no pueden permitirse.
El caso de Benito Juárez no es aislado, pero sí particularmente grave. En un municipio donde el turismo impulsa la economía, la educación debería ser una prioridad para garantizar una fuerza laboral preparada y competitiva. Sin embargo, el abandono institucional y la falta de acuerdos concretos entre las partes involucradas pintan un panorama desolador. La pregunta que flota en el aire es clara: ¿hasta cuándo podrán los estudiantes esperar?
El 28 de abril se perfila como una fecha clave, no solo para reanudar las clases, sino para medir el compromiso real de las autoridades y el magisterio con la educación. Mientras tanto, los estudiantes de Cancún permanecen en la cuerda floja, atrapados entre la esperanza de volver al aula y el temor de que el rezago educativo se convierta en una deuda imposible de saldar.
Con información de: Quadratín