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Caos en Chetumal: Maestros Disidentes Bloquean la Ciudad en una Pulseada por sus Derechos

El conflicto no es nuevo. Este es el segundo bloqueo en menos de una semana, tras una acción similar el martes pasado en "el kilómetro 19"

Chetumal.- La capital quintanarroense amaneció bajo tensión. Desde las 11:00 horas, maestros disidentes, agrupados en el Comité Central de Lucha (CCL), bloquearon accesos clave a la ciudad, incluyendo la carretera principal en un acto de presión para que el Gobierno del Estado atienda su pliego petitorio de 39 demandas. La protesta, que incluyó una cadena humana y vehículos atravesados, paralizó la entrada y salida de Chetumal, generando filas de automovilistas frustrados y un ambiente de crispación que requirió la presencia de policías y fuerzas federales para evitar enfrentamientos.

El conflicto no es nuevo. Este es el segundo bloqueo en menos de una semana, tras una acción similar el martes pasado en "el kilómetro 19". La gota que derramó el vaso fue la falta de avances concretos en las negociaciones con las autoridades. Desde el mediodía, los inconformes tomaron la Avenida de los Insurgentes con Javier Rojo Gómez, liberándola tras una hora, solo para redoblar su apuesta pasadas las 16:15 horas con un nuevo bloqueo en la carretera federal de acceso a la ciudad. "No nos moveremos hasta que se cumplan nuestras demandas", advirtió Xavier Eslava Méndez, vocero del CCL, respaldado por una comisión de profesores que no ceden terreno.

En el centro de esta pulseada está una mesa de negociación instalada en la Secretaría de Educación de Quintana Roo (SEQ), presidida por la secretaria de Gobierno, Cristina Torres Gómez, y con la participación de la titular de Educación, Elda María Xix Euán. Los maestros exigen, entre otros puntos, la derogación de la reforma a la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de 2007, que consideran lesiva a sus derechos laborales. También piden estímulos económicos, incentivos diversos y garantías de que no habrá despidos ni represalias contra quienes se manifiestan. Pero las demandas no se limitan al ámbito estatal: el CCL también reclama que el Gobierno de Quintana Roo actúe como interlocutor ante la federación para revertir dicha reforma y atender peticiones de mayor alcance.

El pliego petitorio, con sus 39 puntos, refleja años de frustraciones acumuladas en el magisterio disidente, que siente que sus condiciones laborales han sido erosionadas por políticas públicas que no los toman en cuenta. Sin embargo, las tácticas de presión no son bien recibidas por todos. Conductores varados, viajeros y habitantes de Chetumal expresaron su malestar ante las interrupciones. "Entiendo que peleen por sus derechos, pero esto afecta a quienes no tenemos nada que ver", comentó María López, una comerciante local atrapada en el caos vial.

La presencia de corporaciones policíacas y fuerzas federales en el lugar busca mantener el orden, pero también evidencia la magnitud del conflicto. Hasta el cierre de esta nota, las negociaciones en la SEQ continuaban sin un acuerdo claro, mientras el plantón frente a la dependencia crecía en número y determinación. Los maestros aseguran que no levantarán el bloqueo hasta obtener respuestas concretas.

Un análisis crítico: Entre la legitimidad y el desgaste

La lucha magisterial en Quintana Roo no es un fenómeno aislado. Responde a un historial de desencuentros entre el gobierno y los docentes, no solo en el estado, sino a nivel nacional. La reforma al ISSSTE de 2007, uno de los puntos centrales de la discordia, modificó el régimen de pensiones y jubilaciones, lo que muchos trabajadores consideran un retroceso en sus conquistas laborales. En este sentido, la demanda de derogación es legítima, pero enfrenta un obstáculo mayúsculo: depende de decisiones federales, no solo estatales, lo que complica las negociaciones locales.

Por otro lado, los bloqueos, aunque efectivos para visibilizar el conflicto, generan un costo social que puede volverse en contra de los propios maestros. La molestia de los ciudadanos afectados, sumada a la presión sobre un gobierno estatal que no tiene plena autoridad sobre todas las demandas, podría desgastar la simpatía hacia la causa. La pregunta es si el CCL logrará canalizar esta energía hacia un diálogo que rinda frutos o si el enfrentamiento escalará, afectando aún más a una ciudad que, por ahora, permanece rehén de la incertidumbre.

La situación en Chetumal sigue en desarrollo, y el desenlace dependerá de la capacidad de ambas partes para encontrar un punto medio en un conflicto que, por ahora, solo parece endurecerse.