
Video: Turistas pescan mantarraya en Puerto Aventuras; autoridades de Playa del Carmen guardan silencio
El video, compartido en redes sociales, muestra a los turistas manipulando una mantarraya, una especie protegida debido a su población amenazada.
Puerto Aventuras.— Un video difundido en redes sociales ha desatado indignación en entre la comunidad, al mostrar a un grupo de turistas capturando ilegalmente una mantarraya en la marina de esta localidad, una práctica prohibida por la legislación ambiental mexicana desde 2007. El incidente, reportado por habitantes y activistas locales, pone en el centro del debate la falta de supervisión en zonas turísticas y la necesidad de reforzar la educación ambiental entre los visitantes. Este caso no es aislado, sino que refleja los retos que enfrenta la Riviera Maya para conciliar el auge turístico con la conservación de su rica biodiversidad.
Los hechos: un acto ilegal grabado en video
El video, compartido en redes sociales, muestra a los turistas manipulando una mantarraya, una especie protegida debido a su población amenazada. Según la denuncia, los visitantes intentaron capturar al animal en la marina de Puerto Aventuras, un área conocida por su actividad náutica y su cercanía a ecosistemas marinos vulnerables. Los testigos, indignados, grabaron la escena para exigir la intervención de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). En el clip, se observa cómo los turistas manejan al animal sin considerar las regulaciones ambientales, mientras los presentes les advierten sobre la ilegalidad de sus acciones.
La captura de mantarrayas está estrictamente prohibida en México bajo la Norma Oficial Mexicana NOM-029-PESC-2006, que regula la pesca responsable de tiburones y rayas. Desde 2007, las mantarrayas están clasificadas como especies protegidas debido a su lento ciclo reproductivo y su vulnerabilidad a la sobreexplotación. Este incidente recuerda un caso similar en Playa del Carmen en 2022, donde pescadores fueron grabados arrastrando una mantarraya viva en la playa, lo que también generó protestas pero no derivó en sanciones claras por parte de las autoridades.
La Riviera Maya, que incluye destinos como Puerto Aventuras, Playa del Carmen y Tulum, es uno de los polos turísticos más importantes de México. Se espera que este 2025 lleguen más de 5 millones de turistas, atraídos por las playas, cenotes y la biodiversidad marina. Sin embargo, este auge tiene un costo ambiental significativo.
La presión turística ha generado problemas como el abandono de animales en vía pública, el arribo masivo de sargazo, la contaminación de cenotes y la explotación de especies marinas en delfinarios, como los casos denunciados en el Hotel Barceló Riviera Maya, donde dos delfines murieron en 2025 bajo presuntas condiciones de maltrato. En Puerto Aventuras, la actividad náutica, que incluye pesca deportiva y tours de snorkel, a menudo carece de una regulación efectiva, permitiendo incidentes como el de la mantarraya.
Además, la percepción de inseguridad y conflictos con taxistas locales han llevado a algunos turistas a preferir otros destinos, según consultoras de viajes como Mex-Travel. Sin embargo, Puerto Aventuras sigue siendo un imán para visitantes extranjeros, muchos de los cuales desconocen las leyes ambientales mexicanas o las ignoran, como parece ser el caso de los turistas denunciados.
El incidente de la mantarraya no solo expone la conducta irresponsable de los turistas, sino también la ineficacia de las autoridades para prevenir y sancionar estas violaciones. A pesar de las denuncias en redes sociales, no hay reportes de que Profepa haya actuado de inmediato en este caso, lo que repite un patrón de opacidad visto en incidentes similares.
La captura ilegal de una mantarraya en Puerto Aventuras es más que una anécdota; es un recordatorio de que el turismo masivo en la Riviera Maya está poniendo en riesgo su mayor activo: su biodiversidad. Mientras los turistas disfrutan de las aguas cristalinas y los operadores turísticos capitalizan el atractivo de la región, las especies marinas como la mantarraya enfrentan amenazas constantes. La respuesta no puede limitarse a la indignación en redes sociales; requiere un compromiso real de las autoridades, los empresarios y los visitantes para proteger un ecosistema que, una vez perdido, no podrá recuperarse.